Soy Scott Couchenour. Mi apellido se pronuncia como tomar una "coca cola por hora". La familia de la derecha son mis hijos locos y algunos suegros. No hace falta decir que nos encanta pasar un buen rato juntos.
Crecí en un pequeño pueblo del Medio Oeste con un fundamento de valores cristianos. Mi vida ha tenido sus altibajos. El evento más notable ocurrió en junio de 2015 cuando cumplí 50 años y no tenía carrera.
Toda mi vida ha culminado hasta el punto en el que me encuentras hoy. Me he comprometido a ser el guía que desearía haber tenido cuando enfrenté las decisiones más importantes que jamás haya tenido que enfrentar.
Soy Scott Couchenour. Mi apellido se pronuncia como tomar una "coca cola por hora". La familia de la derecha son mis hijos locos y algunos suegros. No hace falta decir que nos encanta pasar un buen rato juntos.
Crecí en un pequeño pueblo del Medio Oeste con un fundamento de valores cristianos. Mi vida ha tenido sus altibajos. El evento más notable ocurrió en junio de 2015 cuando cumplí 50 años y no tenía carrera.
Toda mi vida ha culminado hasta el punto en el que me encuentras hoy. Me he comprometido a ser el guía que desearía haber tenido cuando enfrenté las decisiones más importantes que jamás haya tenido que enfrentar.
En junio de 2015 tuve que tomar una decisión dolorosa: nuestra empresa familiar, heredada desde los años 60, ya no podía sobrevivir. A pesar de años de esfuerzo para adaptarnos después del accidente de 2008, se nos acabó el tiempo y las opciones. Mi carrera de 30 años como director de operaciones y director ejecutivo llegó a un final repentino.
Después de una llamada decisiva con un miembro de la junta directiva, encontré a mi esposa en el porche. "Tenemos que cerrar el negocio", le dije. Nos sentamos juntos en silenciosa incredulidad, lidiando con la realidad de que nuestros años de inversión y pasión no fueron suficientes para salvarlo. Fue un momento doloroso, que marcó a la vez un final y un nuevo comienzo.
La mañana después de cerrar el negocio, me desperté a los 50 años sin carrera y con una dura experiencia de seis meses de bancarrota del Capítulo 7 a la vista. Emocionalmente agotado, pasé los siguientes cuatro años lidiando con dudas, depresión y una crisis de identidad. Pero en 2020, en medio de la pandemia, algo hizo clic. Me di cuenta de que mi trayectoria empresarial, mis dificultades y mis habilidades de coaching podían combinarse para un propósito mayor. Esa epifanía resultó ser mi vocación.
Por la gracia de Dios, encontré la salida de esa cueva. Ese viaje me llevó a crear este sitio web que estás leyendo ahora mismo. Hoy en día, trabajo principalmente con líderes ejecutivos y propietarios de empresas de entre 40 y 50 años para dominar el caos, diseñar su próxima aventura y luego implementar ese viaje a través de una metodología de coaching cíclica e iterativa.
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